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ORIGEN DE LA FESTIVIDAD DEL JANUCÁ

 

La festividad de la Janucá es desde la época de la hegemonía helénica en Israel, comenzada con la conquista de Alejandro el año 332 a. C.; según puede leerse en los libros de I y II Macabeos, aunque no se hace mención a ella en el Tanaj hebreo. Cuando se corona como rey de Siria a Antíoco IV Epífanes (175 y 164 a. C.), éste decide helenizar al pueblo de Israel, prohibiéndole así a los judíos seguir sus tradiciones y costumbres. Un grupo de judíos conocido como los Macabeos (dado que su líder era Yehudá Macabi), provenientes de la zona de Modi'ín, comenzaron a rebelarse contra los soldados griegos, negándose a realizar actos que iban en contra de su propia religión. Tuvieron una lucha difícil, y eran minoría contra el ejército griego; sin embargo su estrategia, decisión y fe los condujeron al milagro de Janucá: ganar pocos contra muchos.

 

Según el Talmud (Gemara, Shabbat 21), al terminar la guerra, los Macabeos regresan a Jerusalén y encuentran el Santo Templo profanado, con la menorá (un candelabro de siete brazos) apagada, y aceite ritualmente puro suficiente para encenderla un solo día. Tardaron ocho días en conseguir más aceite; y sin embargo, el poco que tenían mantuvo encendida la menorá durante todo ese tiempo.

 

En los libros I Macabeos y II Macabeos se puede leer sobre la institución de la Janucá. El primero narra: «Durante ocho días celebraron la dedicación del altar... Entonces Judas y sus hermanos y toda la asamblea de Israel, decidieron que la consagración del nuevo altar se debía celebrar cada año con gozo y alegría durante ocho días, a partir del día veinticinco del mes de kislev» (I Macabeos 4:56-59). De acuerdo con II Macabeos (10:6-8),

 

«lo celebraron con alegría durante ocho días, a la manera de la fiesta de los Tabernáculos... toda la asamblea aprobó y publicó un decreto en el que se ordenaba que todo el pueblo judío celebrara cada año estos días de fiesta».

JANUCÁ - LA RE-DEDICACION DEL TEMPLO -

CONTEXTO HISTORICO

 

Judea era parte del reino ptolemaico de Egipto hasta el año 200 a. C., cuando el rey Antíoco III el Grande de Siria derrotó a Ptolomeo V Epifanes de Egipto en la Batalla de Panio. Judea se convirtió entonces en parte del Imperio seléucida de Siria. El rey Antíoco III el Grande, en un intento por conciliar con sus nuevos súbditos judíos, les garantizó el derecho a «vivir de acuerdo a sus costumbres ancestrales» y continuar con la práctica de su religión en el Templo de Jerusalén. Sin embargo, en el año 175 a. C., Antíoco IV Epifanes, el hijo de Antíoco III, invadió Judea, aparentemente a pedido de los hijos de Tobías.

 

Los tobíades, quienes lideraron la facción helenista judía en Jerusalén, fueron expulsados de Siria alrededor del 170 a. C., cuando el sumo sacerdote Onias y su facción proegipcia les arrebataron el control. Los tobíades exiliados cabildearon con Antíoco IV Epifanes y lo convencieron de recapturar Jerusalén. Según el testimonio del historiador judío Flavio Josefo, el rey «acordó con ellos, y vino sobre los judíos con un gran ejército, y tomó su ciudad por la fuerza, y asesinó a una gran multitud de aquellos que favorecían a Ptolomeo, y envió a sus soldados a saquear la ciudad sin piedad. También profanó el templo, y puso fin a la práctica constante de ofrecer un sacrificio de expiación diariamente por tres años y seis meses.

ETIMOLOGIA

 

Janucá por consiguiente constituye una celebración que evoca la lucha y el sacrificio de un pueblo noble y pacifico por conservar el gentilicio de su identidad con su Di-os en contra del despotismo de los imperios gentiles de los hombres que forzosamente imponen por medio de la violencia cruenta su cultura abominable y corrompida.

 

El nombre Janucá deriva del verbo hebreo חנך, que significa 'dedicar' o 'inaugurar'. En la Janucá, los judíos recobraron el control de Jerusalén y reinauguraron el Templo.

 

El nombre de la festividad recibió también varias interpretaciones homiléticas:

 

El nombre puede descomponerse en חנו כ"ה, 'ellos descansaron [el] veinticinco', refiriéndose al hecho de que los judíos detuvieron su lucha el 25 de Kislev, el día que comienza la festividad.

 

חנוכה (Janucá) es también un acrónimo de ח נרות והלכה כבית הלל — 'Ocho velas, y la halajá según la Casa de Hilel'. Esta es una referencia a una diferencia de opinión entre dos importantes escuelas de pensamiento rabínico —la Casa de Hilel y la Casa de Shamai— sobre el orden en el que las velas de Janucá deben ser encendidas. Shamai opina que ocho velas deben ser encendidas la primera noche, siete la segunda y así sucesivamente, mientras que Hilel estaba a favor de encender una vela la primera noche y una vela más cada noche, hasta alcanzar las ocho. La Ley Judía adoptó la postura de Hilel.

 

Sin embargo más allá de las controversias de la liturgia judía; la festividad de Janucá, es una celebración digna de honrar para cualquier gentilicio y ciudadanía por su lucha ejemplar y el rechazo a la imposición forzada de una cultura dominante y violenta. Nuestro Adon Yehoshua la honro como vemos en Yohanan/Juan 10:22-23 y por ende debe ser parte de nuestra identidad como pueblo cuyo Di-os manifestó su poder venciendo a muchos con tan solo pocos.

                                                                               

                                                    

                                           FELIZ JANUCÁ

 

 

 

 

                                                                                      El segundo Gran Exodo

TIEMPOS DETERMINADOS SOBRE LA CASA DE ISRAEL.

AÑO DE LA REFUNDACION DEL REINO DE ISRAEL POR LOS MACABEOS

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 Por Elio Borges

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